03 julio 2010

MOB POWA Chronicles II

La Guerra del Emperium parte I


Una tarde, en un pequeño valle, un montículo de arena se mueve tranquila y felizmente por el campo...

¡Lex Aeterna! -un arcángel aparece de los cielos y descarga una lluvia de espadas contra el montículo vivo de arena -. Está débil, ¡pégale!
Dos flechas en llamas surcaron el aire y se incrustaron en la arena, que se volvió poco más que polvo en el viento.
-Bien, muy bien... excelente, Fur.
Sale de debajo de la tierra Fureimes.
- Aún no entiendo cómo un ladrón como yo puede serles de utilidad en batalla.
-Como eres más ágil que cualquiera de nosotros, sumado a tus habilidades de invisibilidad, puedes infiltrarte en las líneas enemigas y robarles todo su equipo para dejarlos completamente vulnerables... sí, no veo cómo podrías sernos útil -dice con sarcasmo Manu.
-Ok, suficiente entrenamiento por hoy, vamos a Hugel- dice Escoop mientras saca de su bolsillo un ala de mariposa encantada... los veo allá -agita el ala mágica en el aire y desaparece. Manu y Fureimes hacen lo mismo y aparecen en Hugel junto a la fuente en la plaza junto al río.
Daré una llamada de emergencia -dice Escoop, y segundos más tarde lo rodeaban todos los Mob-. Muy bien, los he convocado porque esta noche recuperaremos el castillo que nos quitaron y Fureimes jugará un papel clave en este nuevo asalto...
Sabía que tenía que escuchar lo que decían, la estrategia, pero no podía sino distraerse ante la vista de dos nuevas caras junto a la fuente.
-¿Entendiste, Fureimes?-`pregunta Escoop.
-¿Eh? Ehm... ¿Sí? -responde inseguro Fureimes.
-No te está haciendo caso- se burla Zopi y es acallado por el puño de Niko.
-¡Ah, claro, es que no los conocías!- dice Escoop-. Él es Bytro y él Setsuna, nuestra caballería pesada. Ahora bien, volvamos a la estrategia, que no hay tiempo de presentaciones, se conocerán más tarde.
Continuó hablando el sacerdote líder del clan, preparando y coordinando un ataque que efectuarían esa misma noche.

Llegó la noche en el reino y un castillo se alzaba junto al bosque. El crujir de ramas y hojas bajo los pies de los Mob era casi imperceptible, estaba tan oscuro que apenas podían ver al compañero que tenían enfrente...

-¡Runwach!- gritó Escoop, y un haz de luz azul se encendió rodeándolo e iluminando el camino de los Mob-. Muy bien, ahora... esperamos aquí a que Fur nos dé la señal... ¡ve!

Fureimes asintió con la cabeza y se volvió invisible, se movió lentamente hacia el castillo, llegó ante la entrada principal mientras hacían el cambio de guardia caballeros sobre Pecos, y aprovechó esa oportunidad para seguir a uno de los que entraban al castillo. En cuanto estuvo dentro fue a la armería, volvió a ser visible, tomó todo lo que pudo y lo arrojó por la ventana, escuchó pasos que se acercaban y se volvió a esconder.

-¿Qué dem...? ¿Dónde están las armas? -preguntó desconcertado el guardia que había entrado a la armería, se volvió y alcanzó a ver débiles huellas de pasos en el suelo.
- ¡Un ladrón! ¡Voz de alarm..! – pero no alcanzó a terminar su frase pues Fureimes salió de las sombras y le quitó la armadura, la espada, el escudo y el casco y lo apuñaló en el pecho... mientras la sangre del guardia llenaba la estancia, Fureimes volvió a camuflarse y cerró la puerta.

Fureimes subió a la Torre Norte del castillo y encendió una antorcha que movió en el aire cuatro veces.

-Ahí esta la señal ¡Vamos!- dijo Diego.
-Espera un segundo- lo calmó Escoop.

Desde su posición segura en el bosque cercano, los Mob vieron caer a los dos guardias sobre Pecos de la entrada.

-Ahora podemos ir- dijo Escoop.
-¿Qué fue eso?- preguntó Diego.
-Fureimes- respondió.

Los Mob se acercan a la fortaleza en formación, una canción del payaso... erhmm... ministro, Mob Zopi, alienta al hechicero y al profesor a apresurar sus hechizos para que lluevan bolas de fuego y tormentas de hielo sobre el castillo, un poema de un tal... Bragi.